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Entrevistas

Jeringa: «Creo que esta cultura algorítmica le hace un daño profundo al espíritu del arte»

Jeringa es el nombre artístico de Pedro Jeria, quien se perfila como uno de los músicos más prolíficos dentro de su ambiente, trabajando como productor musical y compositor.

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Jeringa es el proyecto solista de Pedro Jeria, productor musical, compositor, creativo, inquieto. Es así como llegamos a conversar con él, pues dentro de toda esta vorágine pandémica ha demostrado tener la suficiente autonomía para poder levantar proyectos musicales, sean propios o de otros músicos, con un sonido particular, propio.

Desde el 2014 ha vivido una constante evolución musical con sus trabajos, «Partir Adentro», «Abominable» y «Pa’ echar afuera» y hace poco lanzó una nueva canción llamada “Robot”. Dentro de todo este camino, desarrolló un estilo más cercano al pop electrónico y con una clara tendencia a observar un mundo distópico que hoy nos toca vivir.

Con 8 años de carrera musical, comenzó a moverse dentro de la producción musical, aventurándose con un sello llamado Loop Vida, donde ha colaborado con el trabajo de artistas como El Perseguidor, Alekei, Isaboreal, Los Elefantes Nunca Olvidan, entre otros proyectos musicales.

Por esto y más, nos contactamos con Pedro «Jeringa» Jeria, para que nos cuente en qué está, qué significa trabajar en pandemia y por qué adentrarse en lo algorítmico.

«Robot» apela a un sentimiento artificial que nos aleja de lo real ¿sientes que es un reflejo de lo que nos pasa hoy?

Sí, pero no es por la existencia o el uso de la tecnología en si misma, ya que trabajo mucho con ella y tengo un lógico apego. Si no que refiere a nuevos fenómenos que pasan por cómo la tratamos actualmente.

Todo movimiento tiene su génesis y, por ejemplo, hoy la tecnología no solo es una herramienta para extender capacidades humanas como se pensó al principio, si no que estamos viviendo el auge de una “Cultura Algorítmica” que resultó por una evolución que tuvo la demografía (estudios de comportamiento humanos en territorios) cuando entró fuerte en todas las industrias desde los años 60 en adelante al ir integrando recursos tecnológicos a sus estudios. Hoy se consagrara como un esquema social en el que las plataformas digitales, saben precisamente como mantenerte participando en el mercado, basándose en lo que crees que “haz venido eligiendo” y especulando con ello. Porque ya sea tomando movimientos socio-culturales genuinos, o creándolos través de inversiones potentes que masifican contenidos, se alimentan tendencias identificadas y así es mucho más sencillo tener control sobre los hábitos que mantienen a diario el vigor de esta máquina gigante.

¿Cuál es la relación con tu nueva canción?

La relación es que desde ese tipo de sentimientos artificiales ocurre esta canción y es una reacción a esa especulación de nuestra sensibilidad, porque si bien la plataforma es la que diagnostica el miedo humane a las elecciones más naturales, es el humane quien valida partes super significativas de su vida a través de esa ficción tecnológica. A ratos nos parecemos mucho al “cyborg” de Donna Haraway, ya que nos costaría señalar fronteras claras y pareciera ser que en vez de estar tratando de resolver problemas con la tecnología, estamos evadiendo lo que realmente nos urge en nuestro espacio común y desde ese enfoque práctico evasivo hacia adelante la discusión no tiene techos, surgen corrientes muy intrigantes en discusión como los límites de la “libertad morfológica” que propone mejoras artificiales en nuestro cuerpo, ya sean las inserciones de interfaces (chips) que nos mantendrían más conectados al soporte de estas plataformas o la modificación genética como el crispr cas 9 (ambos conceptos transhumanistas ya llevan un tiempo practicándose desde lo que comemos, hasta gente que se ha incorporado dispositivos de conectividad al cuerpo, o las niñas que fueron modificadas genéticamente en china y que se dice que son el futuro del desarrollo humano).

Por estos contextos reales es que todo lo que se dijo respecto a esta pandemia resulta increíblemente creíble, y por ende para mí es evidente que el lugar que daremos a la tecnología, nanotecnología y bioetica en el futuro, por como venimos viviendo, amerita de mucha reflexión y análisis y como han señalado Elena Postigo o Hans jonas: “continuar con esta curva evolutiva principalmente hacia lo artificial, nos pone en futuros bien intensos y difíciles de contener”.

Y creo que por último es bueno aclarar una perspectiva personal: el transhumanismo discrepa de la perspectiva transgénero. Ya que esta última tiene como objetivo la posibilidad de fortalecer el amor propio y externo de quienes lo sientan como necesidad. No hay una intención hegemónica al respecto, y en contraparte el transhumanismo en sus principales ejes apunta a nuestra relación productiva y algorítmica que ya es hegemónica, entonces en este último sentido creo que ya hemos normalizado mucho el “ser programados y expuestos” y que lo hemos hecho desde el desconocimiento de nuestras propias fortalezas ya que vivimos en un bombardeo constante y también de valores y contenidos que avanzan demasiado rápido para ser contemplados en su totalidad y por eso solo dejan la posibilidad de reflexionar mal sobre ellos.

Foto por Marcelo Mora

Tu trabajo musical siempre ha estado ligado a un sonido más pop ¿Qué puedes decirme de la evolución sonora que haz experimentado durante este tiempo?

La verdad es que entiendo y doy valor a los géneros porque creo que son un ejercicio periodístico e histórico súper importante para cuando quiero investigar y encontrar sonoridades que me gustan, pero fuera de ese plano en una dimensión más práctica de la creación, considero que los géneros son super volubles y que al final uno está frente a sus instrumentos dándose vuelta para expresar un montón de sensaciones que lo identifican: está la herencia cultural cercana más “micro” y la otra otra externa más “macro”. Y por ende es lógico que lo que traes se mezcle con lo que hay a su alrededor, finalmente todo eso te definirá y te pondrá en algún algoritmo dentro de este juego social, pero respondiendo por ejemplo desde un contexto más escénico, en vivo creo que abarcaría un montón de momentos, algunos ultra “experimentales” con instrumentales y juego de las disonancias y otros mucho más enfocados hacia un coro oreja como en la canción Robot.

Creo que eso sería un buen sentido para hablar de mi trabajo: soy un músico inquieto, que hoy disfruta mezclando recursos experimentales con recursos pop.

Foto por Paola Gárate

¿Cuál es tu visión de la situación de la música hoy en Chile?

Creo que fue una de las razones por las que escribí esta canción, aunque surgió de un momento mucho más anecdótico para mí cuando me dio covid y estuve aislado en una residencia sanitaria con la guitarra. Pero si creo que toda esta cultura algorítmica y la valoración de contenido mediante un ojo demográfico que todo lo ve, le hace un daño profundo al espíritu del arte en general porque restringe mucho la posibilidad de que surjan movimientos genuinos y colectividades naturales, aunque se hacen y resisten siempre. Pero hoy todo se trata de digitalidad y lo terrenal se ha perdido bastante, sumando además que llevamos un montón de tiempo en un encierro importante del que esperamos ir saliendo y que agudizó aún más las posibilidades de acceder a la expresión artística y musical mediante un solo medio: los algoritmos pagados. Recuerdo cuando se descubrió que varios artistas famosos compraban sus discos para ganar premios en los 2000. Y con todo lo que ya hemos hablado y el panorama actual ¿tú crees que eso haya dejado de pasar? Cada semana me llegan un montón de correos ofreciéndome estar en listas de un montón de oyentes y posibles seguidores si pago desde 20 mil hasta lo que se me ocurra.

Creo que eso es lo que tiene a la música tan enemistada entre si. Hay demasiada especulación e intenciones ajenas al arte insistiendo en hegemonizar todo y lo más importante: es que todos nos sumamos a eso constantemente, pero falta viceversa.

Como productor musical ¿qué buscas en los proyectos con los que trabajas?

Creo en las lógicas resolutivas porque el límite siempre será el poco tiempo que resta a nuestra especie, es un hecho que vamos en retirada. Por eso me gustan mucho las disidencias. Creo que son una muestra clara de dar visibilidad al espíritu humano y me gusta ser parte de narrativas que busquen romper con los discursos alienantes y se muestren y descubran en sí mismas. Me apasiona mucho conocer la realidad orgánica de esos sentimientos que se unen para expresarse porque hay muchos recursos estéticos posibles desde la multinstrumentación y también las posibilidades distintas de producción. Además hemos estado bien activos con colegas músicos colaborando y desarrollándonos. De esa energía resultó Loopvida por ejemplo, que es un sello independiente que fluyó en la inquietud que vimos con el Nicoinsano de abrir espacio a las propuestas alternativas ayudando en producción, arreglos, mezclas, masters, beats y difusión orgánica.

*Video por Rinnico.Films*

Cuéntanos que se viene para Jeringa en un futuro próximo

Estoy siguiendo dos fuerzas: mi trabajo artístico personal y mi trabajo de producción para otres artistes independientes, y estoy súper motivado con llevar a cabo un plan de acción que muestre constantemente todo este trabajo en el corto, medio y largo plazo.

También planeo sacar una sesión en vivo conceptual con todo el trabajo que he ido publicando de Jeringa hasta la fecha, esperando poder salir a tocarlos pronto y también seguiré sacando sencillos y colaboraciones de aquí a fin de año. Ya se han ido y se seguirán publicando los trabajos que he estado produciendo para mis demás artistes querides y colaboraciones que hemos trabajado dentro del sello con musiques bien variades. Ha sido un año entretenido y movido para mi estudio que armé con harto ñeque para alcanzar niveles de sonido que nos ayude a desarrollar material rico y original a todes.

Padre de 3 niños mutantes, músico sicodélico folklórico y melómano escritor. A veces, soldador al arco y cantante de ducha.

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