Dario Pinto: “En «Invierno» planteo una suerte de metáfora con nuestras tempestades”

Dario Pinto es un músico que usted, probablemente, no conozca, pero no es para alarmarse, pues estamos en un momento en que existe una gran cantidad de músicos y músicas que usted jamás ha escuchado nombrar, pero esto es pura flojera. Sí, flojera, porque usted podría ser un poco más curioso e indagar por ahí para llegar y encontrarse con otra realidad musical chilena, no la que intentan vender en Pulsar, Cumbres del Rock o la misma SCD (¡El diablo vendiendo cruces!). Finalmente, son siempre lxs mismxs los que se reparten la torta. En este caso, Dario proviene desde otra vertiente, tiene otro camino recorrido, en que parte con un pasado folclórico, con su abuelo, tocando desde pequeño en un lejano lugar llamado Porvenir, ciudad ubicada en la remota Tierra del Fuego, en la Patagonia Chilena. Sin dar mucho detalle del curriculum que Dario posee, debemos decir que es profesor de música y que carga con una profunda pasión por la creación y la producción desde la autogestión. Por lo mismo, ya cuenta con dos discos: Voces del Infinito (2017) e “Invierno” (2020), junto a varios sencillos y reversiones de sus propias creaciones. 

Con una fuerte influencia progresiva y metal, Dario Pinto se planta como un interesante exponente de la música más ecléctica, sin embargo, posee un arraigo con su tierra que se ve reflejado en los paisajes sonoros y en las letras de sus canciones. En su primer disco nos relata la historia de los Selk’nam, habitantes primigenios de su tierra, masacrados por la mano del hombre. Por otro lado, “Invierno” es su obra más personal, con melodías con poderosos riffs y escalas que caen fuerte en tu hipotálamo, con reminiscencias de su infancia en aquellos remotos parajes y un viaje hacia el interior, una manera de mirarse uno mismo para lograr el conocimiento. 

Quisimos saber más del trabajo de Dario Pinto. Lo contactamos y recogió el guante. Acá les va el resultado de esta conversación. 

¿Qué significa sacar un disco en pandemia? ¿Qué tipo de contexto te lleva a crear esta obra?

El disco «Invierno» significa mucho para mí. Una vez que saqué «Voces del Infinito» (2017) empecé a crear libremente, es decir, componer música que no tuviera relación con la historia Selk’nam y así fueron apareciendo ideas más personales, por eso «Invierno» es un disco más íntimo. El año pasado ya tenía algunas maquetas. La primera fue «Sintiendo el día», que es un tema instrumental. Nunca tuve la necesidad de ponerle una letra. A diferencia de «Cielos rojos» que fue la segunda composición que hice. Con el tiempo fueron apareciendo más temas. Los primeros días de octubre, antes del Estallido, hice la primera maqueta de «Un Gran Poder» y ahí me di cuenta que estaba haciendo un segundo disco, que había una temática recurrente en los temas. Si bien no es netamente un disco conceptual cómo mi disco anterior, hay cierta correlación entre composiciones. En todas aparece un motivo musical. En algunas aparece instrumentalmente y, en otras, de manera vocal. Y así aparece “Invierno”, cómo para hacer un cierre al disco y, aunque suene paradójico, al final, compuse «Inicio». Ya con el disco hecho, en verano trabajamos en la edición, mezcla y grabación de las voces con Pablo Facusse. Él es un tremendo productor y compositor que colaboró con las voces y mastering. Como bonus track está el instrumental «Viajes», que lo compuse como banda sonora para el documental «Política Salvaje» (Alasevic-Lincolao). Me gustó tanto que decidí incluirlo en el disco y así intentar promocionar ese trabajo. Ya en Marzo, cuando la pandemia estaba declarada creo que me pasó lo que le sucedió a mucha gente, que es tener un poco más de tiempo y me sirvió para pensar un poco más el disco, pensar en su sonido y en su estética. En el fondo, trabajar un poco más en la propuesta completa. Lo que sí estaba decidido era que, al llamarse «Invierno» sí o sí tenía que lanzarse en el solsticio de invierno, ese era nuestro plazo fatal con el Pablo. Con mucho trabajo lo logramos y los dos quedamos super contentos con el resultado. Hay mucho corazón y tiempo en este disco.

Es tu segunda obra, sin embargo, se mantiene la temática de la lejanía, el viento, el frío y los habitantes primigenios de tu tierra ¿Cuál es la importancia de ellos en tu obra?

Yo creo que mi infancia y adolescencia en Tierra del Fuego es un factor que me define tanto en el ámbito profesional como en el ámbito personal. En el disco «Invierno» se plantea una suerte de metáfora entre el invierno en sí y nuestras propias tempestades. Nuestros propios vientos, lluvias y hielos internos y cómo vamos aprendiendo de esas experiencias para crecer y sanarnos. Estéticamente, es un viaje sonoro, siendo «Inicios» el primer paso. Es cómo subirse a un bote. Con «Cielos Rojos» se intentó dar un cierre a lo que fue la muerte de mi padre y hacer una declaración de principios sobre la muerte, las experiencias de vidas, las despedidas y los aprendizajes que todo eso conlleva. Como dijo Pablo Facusse «este tema es para sanar linajes ancestrales». Con la tranquilidad que eso significa, aparece «Sintiendo el día», una invitación hacia el sentir y valorar cada momento. Ya en paz con uno mismo estamos listos para construir una nueva sociedad y de eso habla «Un Gran Poder» y, finalmente, «Invierno» que busca dar una conclusión a todo este proceso de aprendizaje. Como decía antes, este disco es más íntimo. No trata de la historia, es más como compartir un pedazo de mí. En ese contexto obviamente van a aparecer los vientos, lluvia, sonidos del mar y otros. Es cómo el soundtrack de mi vida.

¿Qué te hace trabajar en colaboración con otros artistas?

Es algo que disfruto mucho. Cada músico tiene su sello. En el disco anterior pude trabajar con personas maravillosas. Los conocí para grabar el disco y aún mantenemos contacto. Por ejemplo, invité a participar a mi amigo Exequiel Díaz. Para una parte específica necesitaba un solo de guitarra muy agresivo y sabía que él podía aportar ese sonido.

También participó Rodrigo Varela, quien tiene una voz tremendamente poderosa y versátil, tiene un tremendo registro y fue muy agradable trabajar con él. No lo conocía y ahora somos amigos. Tuve la suerte de poder conocer a Nico Borie, quién hoy es un YouTuber reconocido internacionalmente. Es un tipo muy agradable, talentoso y super profesional, por eso no me extraña que le vaya tan bien. En ese disco, al igual que en «Invierno», participó Pablo Facusse. Durante la producción del disco hablamos todos los días. Su talento, conocimiento y forma de ser finalmente materializaron el disco. Sin él, yo creo que todavía estaría mezclando y tomando decisiones. Gratitud eterna al Pablo y a todas las personas con las que he podido trabajar, tanto en mi etapa actual, cómo en mi adolescencia y periodo en la universidad. Con todas aprendí mucho.

Me gusta trabajar con otras personas porque le dan su sello a las canciones. Cuando éstas aún están en su periodo de maquetas las escucho por tanto tiempo que me aburren, por eso es que la colaboración de otros le aporta características a mi música que yo no podría aportar y eso me encanta y me conecta mucho más.

¿Qué se viene para este 2021?

No grabaré un nuevo disco, aunque tengo algunas maquetas. Me enfocaré en proyectos anexos a la música, cómo continuar con la composición de la banda sonora del documental «Política Salvaje». También hay una propuesta de componer música para una obra de teatro en Magallanes y estoy trabajando en un proyecto audiovisual: quiero hacer un cortometraje animado del Instrumental «Hain: Dueños del Secreto» que estaba en mi primer disco y que le hice una reedición esté 2020. Ese proyecto va a paso firme. Estamos viendo lo del financiamiento, pero hacer este cortometraje va significar cumplir un sueño. Quiero vincularme con el mundo audiovisual, es por eso que el disco «Invierno» se puede encontrar en diferentes plataformas y versiones. Está la versión con los tracks separados y la versión «conceptual» la que va acompañada de vídeos. Creo que voy en esas direcciones.