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Entrevistas

Las Dos Hileras desde Aysén: “el acordeón permite que niños y niñas exploren sus habilidades y talentos”

25/09/2025

Fundador de este proyecto educativo del extremo sur de Chile destacó cómo el aprendizaje de este instrumento transmite valores transversales, como la puesta en valor del patrimonio cultural y el fortalecimiento de la identidad.

A más de 300 kilómetros de distancia de Coyhaique, capital de la Región de Aysén, existe una pequeña comuna de la Patagonia llamada Cochrane. Allí, el músico y gestor cultural, Danilo Cruces, lidera la agrupación artística y escuela de acordeón, Las Dos Hileras, un proyecto artístico que busca rescatar la práctica de este instrumento tradicional del folclore patagónico, transmitiendo al mismo tiempo valores fundamentales para la vida de niños, niñas y jóvenes.

Actualmente Las Dos Hileras es un punto de cultura reconocido por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, apoyo que les permite gestionar esta organización y desarrollar no solo actividades educativas, sino también presentaciones en vivo, donde los promisorios acordeonistas viven experiencias que los marcan profundamente. En esta entrevista, Danilo entrega mayores detalles sobre el trabajo que realiza la agrupación y el impacto positivo que tiene en la vida de sus estudiantes.

¿Cómo describirías la importancia que juega la enseñanza del acordeón para la música y el folclore de La Patagonia?

“Está comprobado que la enseñanza musical en niños, niñas y jóvenes ofrece múltiples beneficios que fortalecen su desarrollo integral y, al mismo tiempo, contribuye a preservar la cultura en un mundo cada vez más dominado por los teléfonos celulares y el internet. En este contexto, enseñar acordeón resulta especialmente valioso, pues no solo transmite un legado musical, sino que también conecta a las nuevas generaciones con su entorno cultural. El acordeón ha tenido y sigue teniendo un rol fundamental en la música y el folclore de la Patagonia, estando presente en la mayoría de las celebraciones tradicionales, como las señaladas y marcaciones, lo que lo convierte en un elemento clave de la identidad cultural de los habitantes del territorio”.

Considerando las experiencias educativas que has tenido con niños y niñas de Cochrane, qué destacarías del primer acercamiento de los estudiantes con el instrumento en esas primeras clases, cómo viven ese primer momento.

“En general, los niños y niñas tienden a pensar que el acordeón es un instrumento complicado. Algunos llegan a la primera clase con cierto temor, pero que poco a poco se transforma en curiosidad y en una serie de estímulos sensoriales diversos. Sentir la vibración del instrumento es toda una experiencia: hacer sonar los bajos junto a sus compañeros los estimula enormemente y, cuando logran tocar con ambas manos, es decir, interpretar la melodía y el acompañamiento por sí solos, se produce un antes y un después en la vida de todo acordeonista. Es comparable a la primera vez que un niño logra la coordinación suficiente para andar en bicicleta.

Por otra parte, también están quienes llegan con gran entusiasmo y ansiedad por comenzar. Muchos de ellos tienen algún familiar —tío, primo, abuelo, padre o madre— que toca o tocaba el acordeón, lo que genera un vínculo afectivo con el instrumento. Algo que me llama especialmente la atención es el nivel de concentración que logran: en varias ocasiones las clases se han extendido más allá del horario definido, lo que da cuenta del interés, la motivación y la perseverancia que muestran desde ese primer acercamiento”.

¿Cuál es el impacto positivo que tiene en las vidas de los niños y niñas los procesos educativos que desarrolla Las Dos Hileras?

“Esta pregunta habría que hacérsela directamente a los niños o a sus padres. Sin embargo, desde mi punto de vista, el impacto inmediato es evidente: la música en la infancia contribuye a desarrollar una amplia gama de aptitudes que van desde la disciplina y el trabajo en equipo, hasta la coordinación motriz y la expresión emocional, entre otros aspectos fundamentales para su crecimiento integral.

No obstante, los resultados más profundos se manifestarán a largo plazo. Esto se debe a que dichos procesos no solo fortalecen habilidades concretas, sino que también transmiten valores transversales como la puesta en valor del patrimonio cultural y el fortalecimiento de la identidad. Estos elementos, aunque quizás no sean totalmente visibles en el presente, se verán reflejados más adelante en la manera en que los niños se reconozcan a sí mismos, se relacionen con su entorno y contribuyan a su comunidad”.

¿Qué comentarios u observaciones realizan las familias de los niños en relación a los procesos educativos de cada estudiante con el acordeón?

“Lo que se observa en las presentaciones es muy significativo: las familias expresan alegría y orgullo al ver que sus hijos forman parte de este proyecto. Asimismo, la música se convierte en un puente de unión intergeneracional. En muchos casos, los niños comparten el acordeón con sus abuelos y/o abuelas, lo que no solo fortalece los lazos familiares, sino que también contribuye a la transmisión de tradiciones y a la puesta en valor del patrimonio cultural, generando un impacto que trasciende lo meramente musical”.

Como educador, ¿cuáles son los aspectos más gratificantes de estos procesos educativos?

“En muchas ocasiones he estado agradecido de este proyecto, de sus niños y de la gente que nos apoya. Sin embargo, hace unos días, en el Centro Cultural de Cochrane, se encontraba en exposición la muestra de artesanías de la señora Enedina Rain, una persona que es testigo vivencial del desarrollo de nuestro pueblo, una pieza fundamental en la construcción de nuestra identidad y un verdadero tesoro humano vivo de nuestra tierra. En esa oportunidad, los niños del taller de acordeón quisieron acompañarla con su música y, para mí, en lo personal, fue un momento profundamente hermoso.

Si bien no se trataba de un evento masivo con miles de personas, la actividad tuvo un carácter muy emotivo. Recuerdo claramente cuando Las Dos Hileras interpretaba el tema Mate Amargo mientras la tía Enedina, entre bailes y risas, armaba una cincha en su telar. Agradezco a los niños y niñas por regalarnos ese y tantos maravillosos momentos”.

Al finalizar cada proceso educativo, ¿cuáles son los principales cambios o avances que puedes apreciar en los niños y niñas?

“En general, el proceso de aprendizaje nunca termina. En la música, como en muchas otras disciplinas, siempre hay algo que aprender, algo que compartir y algo por descubrir. Las Dos Hileras, en este sentido, son solo una parte del proceso, una pieza dentro del engranaje, pero para que los avances ocurran, todos somos parte.

Durante el desarrollo de los talleres, los niños y niñas participan activamente en actividades comunitarias y culturales. Aprenden a compartir entre ellos, no solo a través de los dispositivos electrónicos, sino en la interacción directa y la sociabilización. Comparten su música con personas que no conocían, descubriendo que existen más elementos que nos unen que los que nos separan. De este modo, se convierten en parte de un entramado social que antes no conocían, fortaleciendo sus vínculos con la comunidad y desarrollando habilidades sociales, culturales y afectivas”.

También los estudiantes han tenido la posibilidad de tocar en vivo, cómo han vivido estas experiencias

“Con gran entusiasmo y emoción. Tocar en vivo les permite poner en práctica lo aprendido, enfrentar desafíos de manera positiva y ganar confianza en sus habilidades musicales. Además, estas presentaciones fomentan la interacción social y la colaboración, ya que aprenden a coordinarse con otros músicos y a valorar la respuesta del público. Hemos tocado en diversos escenarios tanto a nivel local como regional, y en varias ocasiones hemos compartido escenario con grupos musicales importantes del país y la región, como Mate Amargo, Naia y Los Chamanes de la Patagonia, lo que ha enriquecido aún más estas experiencias. Para muchos niños y niñas, presentarse frente a diferentes públicos y junto a músicos reconocidos es un momento único que genera orgullo, alegría y motivación para seguir aprendiendo”.

¿Cómo visualizas el futuro de Las Dos Hileras, hacia dónde avanzará en su labor educativa, artística y cultural?

“De momento, estamos enfocados en formalizar nuestra planificación estratégica y avanzar en la elaboración del plan de gestión de nuestra agrupación. Con ello, esperamos poder recoger y articular los intereses de todos los participantes de la organización, consolidar los procesos formativos y materializar de manera más efectiva nuestro trabajo. Nuestro objetivo es fortalecer tanto la labor educativa como la artística y cultural, asegurando que Las Dos Hileras continúe siendo un espacio de aprendizaje, expresión y valoración de nuestra identidad y patrimonio cultural, al mismo tiempo que crece y se proyecta hacia nuevos escenarios y oportunidades”.

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