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Entrevistas

Luz Cuadros: “Es una bendición esto de estar vivo y agradecer al cosmos por haberme entregado la herramienta de la creatividad”

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Ha pasado el tiempo. Ha costado entrar en el ritmo. La pandemia nos ha golpeado fuerte, en el ánimo, en la estampa de la vida. Sin embargo, algunos artistas han aprovechado este momento de encierro para tener la oportunidad de realizar obras únicas, originales, con una calidad impresionante. Lo que sí, sorprende la poca cabida que tienen en los medios de comunicación masivos, pasando piola, quedando como una entrañable anécdota registrada en las redes. Claro, eso pasa en Chile, un país que se ha encargado de ensalzar a las y los mismos de siempre, apegándose a las modas que dicta la industria y dejando de lado obras de arte que deberían estar siendo observadas por una gran cantidad de gente. Bueno, son los costos de pertenecer al underground chileno y es lo que ocurre en este caso con Luz Cuadros, clarinetista, creadora, artista visual, quien junto a su ensamble, estrenó para el Washington Women in Jazz Festival una maravillosa muestra de lo que se puede hacer con convicción y cojones. “Empireo” aborda desde diversos puntos la obra de Dante Alighieri y juega con la dualidad, con el cielo y el infierno, con toques muy personales de ciencia ficción y ciertos coqueteos con el trabajo de Moebius. Se suma a todo esto, el re estreno de su primer trabajo llamado “Desestructura”, un LP que se mueve en la experimentación sonora, en la entrega de imágenes diversas y deconstruidas, sin amparo en las estructuras tradicionales del jazz contemporáneo. 

«Desestructura» es tu primer disco junto al Ensamble de luz y es un disco que le hace honor a su nombre con un diverso abanico de sonidos y experimentos ¿Que te lleva a este sonido distinto al jazz tradicional al que la mayoría está acostumbrado?

En realidad nada me llevó obligadamente a nada. Es lo que siempre digo. Cuando yo compongo, compongo siempre libre, sin premisas previas. De alguna manera, la sonoridad de «Desestructura» es una que yo andaba buscando en base a lo que yo escucho. Si bien el mundo me cataloga como «Jazzista», yo me considero «Artista» y desde ahí escucho mucha música que sale de esos patrones. Escucho mucha música francesa, el jazz francés, que trabaja bastante con instrumentos de la escuela clásica y los fusiona con el jazz. Lo único que intento hacer es unir estos dos mundos de instrumentos, pero lo que salió de ahí compositivamente fue super experimental. Por eso le llamé «Desestructura» porque nunca tuve una estructura inicial. Compuse, compuse y compuse. No hay una búsqueda de romper tampoco. Yo sentía que había que desestructurar la mente de las formas. O sea, la desestructura es la liberación de la mente de todas estas estructuras, que quizá nos sirvan para llegar a algunos puertos, pero a veces, nos atrapan también. Y ese es el camino. Respecto a lo de la gente si está o no acostumbrada a este sonido, uno como artista no se puede hacer cargo de eso. Yo por lo menos, en realidad, he estado muchos años desde el under, creo que todavía no me interesa tener miles de seguidores, creo que todavía no me interesan un montón de cosas sobre lo que se puede estar acostumbrados porque hoy día la sociedad está acostumbrada a puras weas, han normalizado comer animales torturados y asesinados. El tema no es moral, es ético. Entonces a lo que pueda estar acostumbrado el mundo, creo que el arte no puede ni pensar acerca de eso. El arte no puede ser manchado por el humano, es sagrado, es trascendental. 

Portada de «Desestructura» (2014)

«Desestructura» tiene una abertura oscura como una invitación al misterio y a la sorpresa. Hay conexión entre las melodías, le da conceptualidad al Ep e incita a la imaginación a elucubrar imágenes y paisajes.

Es una apertura novenil. Es claramente cómo la apertura de un portal. Obviamente hay una conexión entre las melodías y en general, toda mi música está super relacionada en un imaginario de paisaje e imagen, por eso me gusta tanto el cine. En realidad, lo que me he dado cuenta con el tiempo, ahora si lo puedo reconocer, porque antes sólo componía, es que mi música está muy relacionada a una imagen, a un cuento. 

El mainstream tiene todo tomado, los modelos,  la sociedad, en general, está acostumbrada a lo que le dan en bandeja. En el cine, a la gente le gusta «Rápido y furioso» porque no tiene que pensar más allá que ver gente musculosa saltando por los aires en autos ultra tuneados. O lo que ocurre con el folclore tradicional, para la mayoría es la cueca, el trote nortino o el vals chilote y no sale de eso. Con el jazz pasa algo similar, el estándar siempre está presente. Entonces salir de ahí es un riesgo, dar ese paso requiere agallas. ¿Qué piensas al respecto?

El arte va más allá de lo que le gusta o no a la gente. Cuando un artista compone una pieza o pinta un cuadro, está en una relación con algo más trascendental. O sea, cuántos artistas fueron genios en su época y nadie los pescó, pero después sí fueron valorados. Entonces, el mainstream es un reflejo de una sociedad desechable, vacía. En la música no todo es arte y eso pasa cuando uno hace una música esperando algo, esperando gustar, esperando tener millones de reproducciones ¿Cuál es el fin? El fin es el típico: lo mediático, la fama, es el precio. Cuando uno como artista decide irse por un camino propio, honesto, puro consigo mismo, siempre se paga un precio. El underground es un precio que uno paga. Si tienes suerte y te va bien desde ahí, la raja, pero como decía Van Gogh que prefería la mediocridad de sí mismo y oler mal para que la gente no se le acerque. Un tipo que está completamente en una lucidez con el arte y el precio que se paga es ese. Uno crea por la misma creación. El riesgo tiene que ver con ese precio que se paga. En mi caso, no ganaba plata, nada. En la época de «Desestructura» yo era pobre, con un hijo chico, música, clarinetista y ese precio lo pague, pero fui consecuente y coherente, esa es la palabra: la coherencia del individuo en lo que hace.

Siempre me negué a venderme como un producto, aun sigo construyendo y creando desde ese valor, yo no soy un producto, yo soy artista.

Me gustaría saber si has sentido el peso de ser mujer, madre y música en tu vida? ¿Cuál es tu lucha? No sé si está bien esa lucha, pero sé por experiencia que los hijos y la música hacen que la vida se ponga en muchas ocasiones cuesta arriba y, siendo mujer además, mucho más empinada.

Es una pregunta compleja, porque, en lo personal siento que ya esta pregunta de ser mujer en este medio y qué se siente ser madre soltera ya se está transformando en algo aburrido y cliché. Si, ok. Es difícil. Ya todos sabemos, el patriarcado es algo transversal al género. Obviamente en Chilito, podemos hablar de Chile, el problema es mucho mayor, no solamente por ser mujer sino por dedicarse al arte. Acá no hay ningún resguardo social. En relación con ser madre y ser artista, ese es el problema. No existe postnatal ni un seguro ni nada. Acá puedo hacer una queja directa a un nivel más amplio porque en realidad yo siento que para dedicarse al arte hay que ser corajudo. Lo único que hay que hacer es seguir adelante. Si se paga un precio al tomar esa decisión, pues fueron muchos años de vivir de manera precaria por mantenerse en coherencia con mi creación. Hoy en día esa coherencia tiene cimientos muy firmes y me permite vivir tranquila. El tema de ser mujer o no, para mi no es tema. Hay que tocar, hay que estudiar. Y es una bendición esto de estar vivo, de poder componer y agradecer al cosmos por haberme entregado la herramienta de la creatividad. 

En tu participación en el «Washington Women in Jazz Festival», mostraste un trabajo multidisciplinario que aborda un concepto que va mucho más allá de la música, en el que se ven varias caras de la mujer ¿Crees que el arte debe adoptar un cariz más femenino? ¿Sientes que acá en Chile hacen falta más espacios en festivales artísticos para las mujeres?

Me cargan las preguntas actuales con esta wea separatista. Encuentro que los mismos medios provocan esta separación al hacer una explosión constante del tema. Las cartas ya están hace rato sobre la mesa. Yo creo que sobre los festivales de jazz y exclusión en la música, eso ya está hablado y hoy ya existe más paridad que antes porque es un tema que ya se visibilizó. Básicamente, eso. En relación en mi trabajo «Empireo», se dio que el equipo eran puras mujeres, pero yo no lo busqué. Quise trabajar con liliths, pero podría haber trabajar con hombres, pero da lo mismo, porque mi trabajo no tiene nada que ver con géneros. Lilith es un andrógeno, de hecho, pero lo hice yo, que soy mujer y por eso se podría decir que es una expresión de arte femenina, pero en realidad, la búsqueda final de este trabajo es la belleza y la estética. Podríamos decir que la mujer y lo femenino es hermoso, en sí es una estética, una rosa, es hermosa, es estética, pero es necesariamente femenino? El lenguaje nos atrapa, hay que tener cuidado con eso, pues para mi el arte es arte y punto. Y me gustaría seguir trabajando en producciones de este tipo y me hubiese gustado que me hubieses preguntado por Empireo directamente, no cosas de género, porque Empireo es una obra que está inspirada en la obra de Dante Alighieri y el era un hombre, entonces podemos encontrar esta incongruencia, si es que lo vemos de un punto de vista patriarcal. Entonces yo creo que es importante que los y las periodistas también empiecen a cambiar el tema, porque para mí como músico, yo ya estoy harta de que me pregunten lo mismo. Hoy día estamos viviendo un tema social transversal muy heavy que va más allá de todo. Sí es innegable lo que nos ha tocado vivir como espécimen, como mujeres, pero la fuerza la tenemos igual y mi creación jamás, jamás va a estar contaminada con esto. Jamás voy a crear una obra relacionada con algo así como buscando visibilización, no. Yo cuando trabajo mi arte, el arte va primero y si somos puras mujeres, fantástico, regio, estupendo. Lilith es un personaje bastante potente en Empireo. Yo le agregué a Lilith en esta cosmogonía, porque no es solamente que represente el empoderamiento de la mujer, tiene más que ver con la transgresión de la historia misma, de la historia oculta.

Pero es algo que sigue muy presente. 

Es como un logotipo. 

Claro, como el “Tome coca – cola”.

Exacto.

Hablemos entonces de Empireo. «Empireo» es la visión medieval que se tenía del cielo y la obra de Dante Alighieri tiene relación directa con el infierno y la condena… ¿Cuánto tiempo te llevó concebir este trabajo? 

Bueno, en realidad, el empíreo es el cielo físico de Dante. O sea, en «La Divina Comedia» no solo está el infierno y la condena, también está el paraíso y al final del paraíso, en el último lugar, se llega al Empíreo y yo lo relaciono con lo empírico, con lo real, con lo concreto, la materia. Este trabajo me llevó poco tiempo, porque llevo trabajando en la obra de Dante hace mucho rato. No he podido generar las producciones que yo quisiera porque son demasiado apoteósicas en mi mente y llevarlas a cabo requeriría mucha producción y como no soy nadie, prácticamente, no puedo llevar a cabo las obras como yo quisiera. Hoy se me dio la oportunidad de hacer este trabajo donde se armó el equipo muy rápido y lo que quise hacer fue trabajar la obra en tres cantos, entonces en estos tres cantos manifesté un poco mi cosmovisión de la divina comedia, que aparte de ser uno de los poemas más hermosos de la literatura, está muy relacionada a las ciencias ocultas. Dante era un ser muy letrado, muy evolucionado, no solo como escritor, sino que también en política. Entonces es un tipo que estaba muy relacionado con las ciencias ocultas. Cuando analizamos «La Divina Comedia» te puedes encontrar con muchos otros artistas que se han inspirado en su obra. Por ejemplo, me guié también por la obra de El Bosco «El jardín de las delicias» donde él pinta el infierno y el paraíso, pero hay mucha simbología. El arte siempre está diciendo la verdad, el arte nos habla de la manera más sublime y desde el inconsciente. Siempre hay simbologías que hay que ir tomando cuando se estudia la obra de los grandes. Mi obra «Empíreo» toma todo lo de Dante, pero lo hice a mi manera, porque originalmente no aparece Lilith o Lamia, como me gusta decirle. Entonces, yo trabajé esto desde una ciencia ficción propia y que usé para unir todo: El Fruto. Traté de llevarlo al punto de erotismo como un estado de religión, como lo dice George Bataille, el erotismo como algo religioso, no como un dogma, sino como algo que está dentro del ser. Entonces ahi se genera esta belleza estética de lo soberbio, del poder que tengo, qué me significa el fruto, que simboliza. El fruto hoy significa el conocimiento, la libertad, pero también el peligro. Hoy en día las grandes guerras y todas las medias cagadas que están pasando son por historias ocultas y por el poder de esa elección. Si se supiera realmente la verdad, no podrían controlarnos. EL tercer canto del Empíreo, habla de mí Empíreo, como yo lo percibo. Para mi es matemática pura, es la perfección en la naturaleza y en la música, ese es mi propio Empireo aquí en la tierra. En fin es bastante intenso. Siento que la realidad está superando la ficción, por lo mismo hay que mantenerse cuerdo desde la imaginación, porque ella tiene un estado de materia donde se co-crea antes de crear. Así se generó Empíreo. 

¿Piensas publicar la música y los textos poéticos utilizados en ella?

Me encantaría publicar mi poesía. Escribo desde que tengo uso de razón, fue el primer arte que dominé, porque lo supe hacer desde siempre, como un recuerdo de un futuro antiguo. Y también quiero hacer películas. Después del Empíreo quedé motivada, porque el cine es algo que me fascina mucho. Es algo donde puedes dar un mensaje muy directo que contiene música, puedo jugar con el arte del tiempo, con el espacio, con el inconsciente, puedo salir, entrar, pero esto en el cine bien espectado, porque el cine hollywoodense nos tiene la mente recagada, el príncipe azul de Walt Disney dejó la mansa cagada también. Hay que saber leer los símbolos, hay que saber leer la historia oculta que hay detrás del arte.

Puedes escuchar «Desestructura» aquí:

Puedes ver «Empíreo» aquí:

Padre de 3 niños mutantes, músico sicodélico folklórico y melómano escritor. A veces, soldador al arco y cantante de ducha.

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